domingo, 28 de febrero de 2010

¿Qué fósil es?

A pedido de un lector del blog, aqui vuelvo con otro fósil para adivinar en QFE...

Como siempre, aquí está la lista entre la que el ganador eligirá un dinosaurio para que yo lo describa:
  • Melanorosaurus
  • Sellosaurus
  • Avimimus
  • Muttaburrasaurus
  • Drinker

Paleoaficionados, dinófilos y paleofrikis, ¡a por la victoria!

sábado, 27 de febrero de 2010

Dinonoticiario

Aunque la noticia más sonada en internet es la del Abydosaurus, aquí no dejamos pasar ni una.

Estudiado por una asociación española (¡OLE!) un fémur procedente de Soria, España (¡OLE!) que parece pertenecer a un saurópodo titanosaurio del Jurásico superior según una serie de rasgos. Al parecer, el fémur muestra parecidos con los de los titanosaurios asiáticos (¿?).

Un nuevo dinosaurio troodóntido del Cretácico superior viene de China, como no. Se trata de Xixiasaurus henanensis, un dinosaurio conocido ahora por un cráneo parcial y caracterizado por la presencia de 22 dientes maxilares, una abertura clara en la superficie lateral de la base del proceso nasal de premaxilar y la forma de "U" del extremo de la mandíbula superior. Es posible que en el futuro el Xixiasaurus forme un clade junto con los troodóntidos asiáticos Bynorosaurus y Urbacodon.

Por último hablemos del famoso Abydosaurus mcintoshi, un nuevo saurópodo de Utah, EEUU. Este animalillo fue un braquiosaurio de unos 18-20m de longitud era muy similar al Brachiosaurus, y seguramente Abydosaurus es su descendiente, pero este saurópodo también tuvo que extinguirse, más que nada por que en el Cretácico superior ya no quedaban saurópodo puros de Norteamérica. El hecho de que este saurópodo se halla hecho tan famoso es que seu cráneo se ha encontrado completo. Es la primera vez que se encuentra un cráneo de saurópodo completo en América. No me meteré en detalles, pero en resumen, sus dientes muestran una importante evolución que los diferencia de los dientes de braquisaurios primitivos.

Toda la actualidad, en Grandes Sauri.

jueves, 25 de febrero de 2010

Polacanthus

El Polacanthus (Muchas espinas) fue una anquilosáurido relativamente pequeño encontrado en la isla de Wight, al sur de Gran Bretaña pero lejos de la costa francesa. Medía hasta 4m de longitud por un metro de altura, pesaba alrededor de una tonelada y vivió durante el período Cretácico, hace unos 120 millones de años. Su descubridor, el reverendo William Fox, lo halló en 1865 (fue uno de los primeros dinosaurios encontrados) en la costa de la pequeña isla de Wight, pero desgraciadamente gran parte de los huesos fosilizados del ejemplar hallado ya se habían ido metiendo mar adentro arrastrados por el mar.
El Polacanthus en sí no era una criatura muy interesante dentro de lo que se puede encontrar en el Mesozoico. Era cuadrúpedo herbívoro, y con una gran armadura que le llegaba desde el principio del lomo hasta la cola, la cuál al contrario de la de algunos anquilosaurios, no acababa en una gran maza. Esta armadura consistía en un recubrimiento “estándar” de placas óseas sobre las que se colocaban algunas púas en la zona del lomo, que era la más protegida. Esta armadura también incluía los hombros de sus extremidades y le servía para protegerse contra el depredador de turno, que ya fuese grande o pequeño, le sería difícil darle un bocado al Polacanthus.
En su dieta se incluían más que nada los helechos y la vegetación que crecía a ras de suelo, la cual arrancaba con su mandíbula y trituraba con sus pequeños, numerosos, y afilados dientes, que hacían lo que podían ante la vegetación más dura. Tal vez el rasgo más importante del Polacanthus sea su velocidad, ya que a pesar de llevar toda esta armadura encima, se podía mover rápidamente gracias a sus musculosas patas, que eran bastante largas para ser las de un anquilosáurido.

lunes, 22 de febrero de 2010

Oviraptor, el eterno desconocido

Últimamente he estado investigando sobre el Oviraptor philoceratops, un dinosaurio que ofrece una gran variedad de posibilidades sobre su anatomía y forma de vida, toda una joya paleontológica, más de lo que ustedes creen. De hecho, Oviraptor ya fue descrito en el blog (http://grandesauri.blogspot.com/2009/10/oviraptor.html), pero hoy quiero profundizar más.

En realidad, mi objetivo principal para esta entrada es crear algo de debate en los comentarios, ya que hay muchas cosas que se pueden discutir sobre este terópodo. Se aceptan por tanto todo tipo de críticas e información adicional sobre el tema que alguien quiera añadir.

Primero comencemos por realizar un pequeño análisis filogenético. Está claro que Oviraptor, por su estructura ligera pinta claramente como un celurosaurio, eso no lo discute nadie, pero ahora vienen los problemas. En principio, el clado Oviraptorosauria se incluiría en Maniraptora (dinosaurios con los dedos oponibles al “estilo Velociraptor”), pero separado del clado Paraves, en el que se incluyen aquellos dinosaurios que están emplumados con certeza, ya que son parientes muy próximos a las aves (de hecho las aves se incluyen en este clado). También es verdad que el Oviraptor es uno de los pocos dinosaurios que tiene unas clavículas fusionadas, hueso conocido como espoleta que aparece en casi todas las aves, sino todas.

Versión del Oviraptor emplumado y con rasgos aviares (empollando sus huevos). Esta fantástica representación nos ha sido cedida por Dinopixel, cuyas demás obras puedes ver en su galería (http://epic3d.deviantart.com/).


Sólo con esto ya nos podemos preguntar si el Oviraptor y sus congéneres estaban emplumados, idea que en principio es aceptada por la mayoría de los paleontólogos y paleoaficionados. Es cierto que su parentesco con las aves es muy evidente, pero aún no se ha hallado ningún espécimen de Oviraptor con impresiones de plumas (¿me equivoco?). En caso de que tuvieramos a un Oviraptor emplumado, sus plumas podrían ayudarle a retener el calor, aunque no creo que hiciera falta en el desierto de Gobi, pero sí le podrían servir para atraer pareja.

Ahora entremos en algo mucho más polémico e interesante, su dieta. Lo que podía comer el Oviraptor es una pregunta que procura dolores de cabeza a cualquier paleontólogo, ya que entre la historia y la anatomía del dinosaurio se forma un pastel de ideas del que es casi imposible concretar cuál es la cierta.

En primer lugar, hablemos de huevos. Ya sabemos que inicialmente se creía que Oviraptor comía huevos por haber hallado un espécimen de dicho dinosaurio sobre un nido de huevos asignado al ceratopsio Protoceratops, y que reciente estudios han desmentido este tema revelando que los huevos son de Oviraptor, y apoyando la hipótesis de que sólo era una madre empollando sus huevos (¡otro parecido con las aves!). Una vez conocido este dato, aunque se rechace que el Oviraptor comía huevos, ¿por qué no? La mandíbula del Oviraptor era desdentada, con un potente pico córneo y se cree que buenos músculos mandibulares, sin duda un mecanismo perfecto para romper huevos, más teniendo en cuenta que éstos son una gran fuente de alimento y nutrientes.

Huevos fosilizados adjudicados al Oviraptor.

Aún así, al no haber evidencias del todo relevantes, otras teorías se han desarrollado. Una de las más seguidas es la siguiente. Teniendo en cuenta que la gran mayoría de los restos de Oviraptor hallados son de ambientes lacustres (en los que hay presencia de un lago) fosilizados, se ha sugerido que con las características antes mencionadas, el cráneo del Oviraptor estaba perfectamente preparado para alimentarse de los moluscos y bivalvos que llegasen a la orilla.

Una vez vistas las capacidades de su cráneo, pasamos a sus enigmáticos brazos. Estos son parecidos a los de los ornitomimosaurios, largos y delgados, terminados en garras pero con poca fuerza, y sin duda no servían para cavar ni atacar hormigueros. Estos débiles brazos no serían capaces de luchar contra una presa en condiciones como podría ser Protoceratops, y posiblemente su uso más común sería ¿cuál? Tal vez agarrar roedores y lagartos, es lo único que se me ocurre, a no ser que… ¿Y si Oviraptor fuera herbívoro? Sus frágiles brazos arrancarían las plantas, sí, pero una mandíbula desdentada no es ideal para triturar la vegetación y estoy seguro de que su estómago no sería muy grande. Tampoco hay evidencias de gastrolitos en el Oviraptor, así que esta teoría no es más que pura fantasía.

Esqueleto de uno de los Oviraptores del Gobi.

Vayamos a la última incógnita del tema, posiblemente la más curiosa. Seguro que ustedes se imaginan al Oviraptor con una buena cresta sobre la cabeza, ¿pero no les suena si en lugar de la cresta ponemos un cuerno? En efecto, en algunos sitios se puede encontrar al Oviraptor con cuerno, y en otros con cresta, ¿pero por qué? En principio habría una división entre dos especies, Oviraptor mongoliensis (cresta) y Oviraptor philoceratops (cuerno), pero desde hace poco se ha creado un nuevo género de oviraptórido llamado Citipati, en el que se han incluido los especímenes de Oviraptor mongoliensis, por lo que ahora mismo la única especie de Oviraptor existente es O. philoceratops, el terópodo cornudo. Olvidé mencionar que un tercer tipo de Oviraptor no tiene ni cresta ni cuerno, y creo que también se incluye en O. philoceratops, junto con el Oviraptor cornudo.

Al fin y al cabo, los cráneos de Oviraptor no son tan distintos.

Una vez dicho esto, me toca sugerir a mí. Si se observan los cráneos del Oviraptor con cuerno y del Oviraptor con cresta, observamos con claridad una gran similitud en todo, ya sean fenestras, forma global del cráneo, tamaño de los huesos del cráneo, etc.… Pues bien, yo propongo que aquí lo que estamos viendo es un caso de diformismo sexual, en el que dependiendo de si el individuo era macho o hembra tenía una cresta o un cuerno. Según esta hipótesis que acabo de exponer, sería el macho seguramente el que llevara una cresta, para llamar al máximo la atención de la hembra. Ésta respectivamente usaría su cuerno tal vez para proteger a sus crías y mostrar la fortaleza de una madre. En cuanto al Oviraptor sin cuerno ni cresta, podría tratarse de un joven aún no desarrollado, que más tarde tendría una cresta.

Cráneo de Oviraptor carente de cresta o cuerno.

En resumen, ¿estaba emplumado? ¿Comía huevos? ¿Moluscos y bivalvos? ¿Para qué servían sus brazos? ¿Se debe considerar como dos géneros distintos o como dos especies de un género? ¿Podría tratarse de diformismo sexual? Todo esto rodea al conocido popularmente como Oviraptor.

Ahora te toca opinar a ti.

sábado, 20 de febrero de 2010

¿Qué fósil es?

Ya era hora de que retomáramos este jueguecillo. Esta vez vengo con un cráneo del Cretácico norteamericano.

Como de costumbre, habrá premio para el ganador, que podrá uno de estos 5 dinosaurios para que yo lo decriba:
  • Protohadros
  • Saurornithoides
  • Saichania
  • Hypacrosaurus
  • Segisaurus

¡¡Mucha suerte!!

viernes, 19 de febrero de 2010

Kentrosaurus

El Kentrosaurus es el familiar “chiquitín” del famoso Stegosaurus, que en lugar de habitar en lugar de habitar en Norteamérica, vivió en Tanzania (África oriental). Digo chiquitín porque tan solo medía hasta 3m de largo por 2 metros de alto, y pesaba 450kg, proporciones que se quedan ridículas al lado de las del Stegosaurus, que era muy parecido. Este estegosaurio disponía de placas y espinas que le discurrían desde el cuello hasta la cola, y además tenía espinas en las patas delanteras.
La función de las placas podría ser la misma que la que tenían las placas del Stegosaurus, colocarlas de una forma determinada con respecto al Sol o al viento para aumentar o disminuir la temperatura corporal. Las espinas agudas de las que disponía en las extremidades le podían haber protegido de ataques laterales, mientras que la cola podía intimidar a cualquier depredador gracias a sus pinchos. De todas formas, si un depredador quería echarle el diente al Kentrosaurus no tenía más que alejarse de la cola y atacar a las patas o al cuello, que estaban desprotegidos.
Al igual que los demás estegosaurios, el Kentrosaurus disponía de una armadura corporal formada por placas incrustadas en la piel que salían desde el cuello y se iban agrandando hasta la cadera, donde pasaban a ser espinas puntiagudas, que se hacían más largas y agudas conforme se avanzaba a la cola.
Debido a la dieta de plantas duras de las que se alimentaba el Kentrosaurus, tenía un intestino bastante largo y un estómago enorme para poder digerir lo que comía. Todo esto hace que tuviera un cuerpo muy abultado y no se pudiera poner a dos patas, ya que el peso de su propio cuerpo le empujaría hacia delante.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Dinosaurios de Francia (I)

Ah, la France, quel beau pays! Dejémonos de idiomas y vayamos al grano. Después de preparar en una lista los dinosaurios de Francia me di cuenta de un curioso detalle, en la mayoría de las edades del Mesozoico hay algún dinosaurio francés, pero rara vez son más de dos. En fin, comencemos por el Triásico.

Ya en el período Noriano en Francia teníamos las primeras evidencias de dinosaurios. Se trata del Plateosaurus, un gran prosaurópodo de 6-9m de longitud cuya dieta es dudosa, aunque seguramente fue vegetariano. También dudosa es su locomoción, y es que pocas cosas no son dudosas en el grupo de los prosaurópodos.
Un poco después, en el Raetiano (hace 204 millones de años), ya tenemos al primer depredador francés, el coelofísido Lophostropheus, y es que en el Triásico los coelofísidos no sólo eran comunes en Norteamérica. Para su clado (grupo), era de gran tamaño, ya que con sus 5m sería seguramente el mayor predador de su entorno.

Ahora saltamos todo el Jurásico inferior y llegamos al Batoniano, hace 167 millones de años, un tiempo en el que los grandes terópodos franceses dominaban el paisaje. Ciertamente no me gustaría haber sido un Bothriospondylus, ya que aunque era un braquiosáurido de unos 20m de longitud, y seguramente superaba las 20 toneladas, tendría que arreglárselas para no ser devorado por los grandes terópodos de 9m Poekilopleuron (megalosáuridos puros) o los Dubreuillosaurus, más parecidos al Eustreptospondylus.
Poekilopleuron, megalosáurido francés del Jurásico medio.

Un poco después, en el Calloviano, volvemos a encontrar restos de tres dinosaurios en la misma edad geológica. Ellos son dos estegosaurios y un gran terópodo, sin duda de los más grandes de Europa. Lexovisaurus era uno de los estegosaurios, y es importante para la paleontología pues sus restos fósiles incluyen esas famosas espinas que se colocaban en los hombros de muchos estegosaurios. Las espinas de Lexovisaurus (de los hombros) medían un metro y la longitud del bicho era de 6m. Loricatosaurus en cambio no presentaba espinas en los hombros, pero sí en la cola. Ambos estegosaurios estaban relativamente defendidos, pero creo que poco podrían hacer ante su gran pesadilla, el megalosáurido Piveteausaurus, que a pesar de ello, muestra grandes parecidos con Allosaurus. En cualquier caso, era un pedazo de depredador de 11m de longitud y dos toneladas de peso. Posiblemente el mayor dinosaurio carnívoro que hubiera existido hasta entonces (¿me equivoco?).

Ahora, en el Kimeridgiano, los saurópodos volvían a apoderarse del paisaje, con el turiasaurio conocido por un solo diente Neosodon y el no mejor conocido Morinosaurus, también por un único diente. Mucho menos fragmentarios son los restos del Dacentrurus francés, y es que el éxito de este estegosaurio lo extendió por Francia, España, Inglaterra y casi toda Europa. Además, nuestro herbívoro de 10m ya había aparecido en el Oxfordiano, que se sitúa entre el Calloviano y el Kimeridgiano, por lo que aguantó al menos 10 millones de años. Ya el Titoniano, la última edad del Jurásico, tan sólo tenemos en Francia el famoso ejemplar parcial de Compsognathus (ese pequeño terópodo celurosaurio) que cambio nuestra visión de su tamaño de 0’7m (medida del ejemplar alemán) a 1’4m. Este pequeño terópodo llevaría seguramente una dieta de invertebrados y tal vez de pequeños vertebrados como mamíferos o lagartos.

Un Compsognathus intenta pescar en el Jurásico supeior francés.

lunes, 15 de febrero de 2010

Dinonoticiario

Más actualidad dinosauriana. Comenzando por la noticia más antigua, tenemos la publicación de la descripción de un nuevo tiranosáurido del Campaniano (Cretácico superior) cuyos restos fueron hallados en Nuevo México (EEUU) en 1998. El nuevo dinosaurio ha sido bautizado como Bistahieversor sealeyi, y al parecer rondaba los 9m. Los restos recogidos para la descripción son un esqueleto bastante completo y un cráneo parcial, lo cual no está nada mal. Además de estos restos pertenecientes a un adultio, también hay más que son de un joven. Bistahieversor no es un dinosaurio cualquiera, ya que comparte algunos rasgos avanzados con el mismísimo Tyrannosaurus, pero también conserva rasgos primitivos como la presencia de 64 dienets en sus mandíbulas y una apertura adicional sobre las órbitas.

También hay otro nuevo dinosaurio de China. Es Banji long, un nuevo oviraptórido también del Cretácico superior, conocido a través de un cráneo bastante completo. Las características de la cresta de este animal lo sitúa como género distinto a Oviraptor y el resto de la familia, e incluso los rasgos de su mandíbula se asemejan a los de los oviraptóridos más basales, lo que nos hace deducir que se trata de una forma primitiva. Después de un análisis cladístico, este taxón (género) ha sido situado como miembro basal de Oviraptoridae, pero aún cabe la posibilidad de sacarlo a un grupo más primitivo.

Con estos dos, ya son 6 los nuevos dinosaurios de este año.

viernes, 12 de febrero de 2010

II Concurso Internacional de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios 2010

Si eres paleoilustrador o simplemente te gusta dibujar dinosaurios, ya tienes un concurso en el que participar, porque ya comenzó el segundo concurso de ilustraciones de dinosaurios de Fundación para el estudio de los Dinosaurios en Castilla y León, cuyya web puedes visitar en los enlaces del blog. El tema del concurso es representar a un dinosaurio, o a una escena de ellos, a gusto del autor, por lo que la creatividad está pero que muy permitida. Si estás interesado, encontrarás más datos pinchando aquí. ¡Se me olvidaba! ¡Hay premio para las ilustraciones que queden en los tres primeros puestos!

jueves, 11 de febrero de 2010

Ichthyosaurus

El Ichthyosaurus (Reptil pez) fue unos de los animales marinos más comunes del Jurásico, y de hecho da nombre a un enorme grupo de reptiles llamado ictiosaurios. Aunque había gran diversidad de especies de Ichthyosaurus, un ejemplar común solía medir unos 2m de largo y pesaba entre 80kg y 100kg. Estos reptiles aparecieron a principios del Jurásico y desaparecieron a principios del Cretácico. Es posible que Europa no haya aportado tantos restos como América o Asia hablando de dinosaurios, pero sin duda es un continente muy rico en aves prehistóricas y en ictiosaurios, ya que los docenas de ejemplares de Ichthyosaurus que conocemos son de centroeuropa, a excepción de un yacimiento en EEUU.
El grupo de los ictiosaurios fue creado por Charles Koening en 1818, y con el tiempo se han incluido especies como Shonisaurus y Ophthalmosaurus. Gracias a la abundancia de fósiles de este animalillo disponemos de impresiones de la piel, a través de las cuales hemos deducido que se parecería mucho a un delfín actual, solo que su cuerpo sería más redondo. Aunque el Ichthyosaurus no esté emparentado con ningún pez, guarda muchos parecidos con ellos, como sus aletas, dispuestas de una forma muy típica, su alargada mandíbula como la de un delfín (aunque un delfín es un mamífero, no un pez), y su cola terminada en una aleta con dos lóbulos0 con la que se propulsa.
Seguramente se alimentaría de pequeños peces y calamares, o incluso de conchas de ammonideo. Evidentemente, el Ichthyosaurus no era ni mucho menos el depredador más temible de su zona, entre otras cosas porque convivió con el gran Liopleurodon, aunque seguramente su mayor problema serían los tiburones, que ya existían en aquellos tiempos jurásicos. Otro rasgo importante de este ictiosaurio es que no tenía branquias (como todos los ictiosaurios) por lo que tenía que salir a respirar a la superficie cada cierto tiempo, lo que lo convertía en un blanco fácil para los tiburones. Su modo de vida está muy bien representado en el episodio Mar Cruel de la serie Caminando entre dinosaurios, que puedes ver en el blog.

domingo, 7 de febrero de 2010

Dinonoticiario

Aunque la noticia llega un poco tarde, paleontólogos chinos han logrado averiguar el color de algunos pequeños terópodos como Sinosauropteryx. La investigación se basa en el estudio de los melanosomas, organelos situados en el plumaje y el pelaje de los animales que determinan su color. Así, los científicos han designado que Sinosauropteryx tendrían una cola a rayas blancas y naranjas y que el ave Confuciusornis (también de China) sería blanca, negra y marrón anaranjado. Al fin los paleoilustradores podrán hacer ilustraciones fieles a los colores de algunos dinosaurios y otros animales extintos.

Otra noticia más reciente pero menos sonada (no por ello menos importante) es el hallazgo en el oeste de China de otro terópodo alvarezsáurido, sin duda un grupo enigmático en expansión. El nuevo dinosaurio ha sido nombrado Haplocheirus sollers, y es hasta ahora el miembro más basal de Alvarezsauroidea, indicando mediante ciertos rasgos que este grupo es una rama de Maniraptora. Nuestro amigo del Jurásico superior también nos ayuda a conocer un poco más como se fue adquiriendo ese miembro anterior tan caracterísitico de los alvarezsáuridos.

Amphicoelias fragillimus

El motivo de que vaya a describir a este dinosaurio a nivel de especie es que el A. fragillimus es muy distinto en tamaño al A. altus, así que les haré dos descripciones separadas.
El Amphicoelias (Carácter hueco en ambos lados) fragillimus no es un dinosaurio como otro cualquiera, ya que pudo ser el más largo de todos, el más pesado de todos, o pudo sencillamente no haber existido. Tanto el estudio como la historia de este dinosaurio son muy complicados, y las estimaciones de su longitud y peso son muy variadas, aunque yo voy a poner la más acogida. Este saurópodo medía entre 52 y 58m de longitud, pesaba entre 100 y 135 toneladas y vivió durante el período Jurásico tardío en EEUU. Los restos de este dinosaurio fueron hallados y descritos en los años 70 (del siglo XIX) por Edward Drinker Cope, un renombrado paleontólogo rival de Marsh.
El Amphicoelias es uno de los dinosaurios que peor se conocen, ya que tan sólo se halló de él una vértebra rota y parte de un fémur en mal estado, y estos restos ya ni siquiera están disponibles hoy día, ya que se desintegraron al poco de ser extraídos de la tierra. Lo único que nos queda para analizar una y otra vez al Amphicoelias es el dibujo de la vértebra hallada del cuaderno de Cope (imagen inferior), que ha sido interpretado por varios paleontólogos en montones de ocasiones. De haber tenido el tamaño nombrado anteriormente, nuestro diplodócido gigante habría sido hasta un tercio más largo que Argentinosaurus, más del doble de largo que Diplodocus, casi el doble de longitud que la ballena azul más grande, y tan pesado como 20 Tyrannosaurus juntos o 1800 humanos.
Aún así, Amphicoelias era delgadito dentro de lo que cabe, porque también tenemos a otro saurópodo indio llamado Bruhathkayosaurus cuyo peso se estima en 200 toneladas, y medía menos que Amphicoelias, aunque también es conocido por restos muy pobres. Está claro que Amphicoelias no tenía depredadores naturales, ya que en cuanto llegara a los 25m de longitud sería uno de los animales más grandes de su entorno. ¿Pudo haber sido también el más alto? Es posible, pero improbable, ya que su cola era de 32m, más larga que su cuello y su cuerpo juntos por lo que no tendría mucho cuello que elevar. Podría seguir extendiéndome con la historia de la “Guerra de los Huesos” y todo eso, pero lo importante ya está dicho. Ojalá algún día se encuentre un ejemplar completo de Amphicoelias que despeje todas nuestras dudas y le de al A. fragillimus el papel que se merece, el de mayor animal terrestre de todos los tiempos.

viernes, 5 de febrero de 2010

Teorías sobre la extinción de los dinosaurios

A lo largo de este post daré un ligero repaso a las distintas teorías sobre la extinción repentina de los dinosaurios, hecho que ha fascinado a los paleontólogos más que nunca desde 1970 hasta hoy.

Desde que aparecieron los primeros dinosaurios más primitivos, hace 240 millones de años, hasta la fecha de la que ya no se encuentran fósiles de dinosaurios y que coincide con el gran meteorito que cayó en México, hace unos 60 millones de años, los dinosaurios estuvieron dominando la parte terrestre de la Tierra, compartiendo su entorno con los pterosaurios (reptiles voladores) y los diversos animales acuáticos, como los plesiosaurios, aunque también se sabe que durante esta época existieron algunos pequeños mamíferos, y por supuesto, insectos. Se han propuesto más de un centenar de teorías para explicar la desaparición de estos animales que sobrevivieron a 150 millones de años de cambios en la dinámica del planeta. La mayoría de las teorías han sido descartadas, para empezar por que no concuerdan con el hecho de que al mismo tiempo que los dinosaurios, también se extinguieron los pterosaurios, los plesiosaurios, y otras razas menos conocidas, lo que quiere decir que los seres vivos de tierra, mar y aire se debieron de ver afectados entre sí.

A continuación, algunas de las teorías menos seguidas en el mundo:

  • Los pequeños mamíferos aniquilaron a los dinosaurios de tanto asaltar sus nidos de huevos.
  • El aumento de la radiación solar le provocó ceguera a todos los dinosaurios, que murieron debido a accidentes, o la incapacidad de encontrar comida o pareja.
  • Una epidemia causó la muerte de todos los dinosaurios.
  • Vinieron unos extraterrestres y aniquilaron vilmente a los dinosaurios (¿estamos solos en el universo?).
  • Los herbívoros fallecieron debido al fuerte estreñimiento que les causaban las flores (plantas angiospermas) que aparecieron a finales del cretácico.
  • Los dinosaurios decidieron autoextinguirse para no pertubar la historia del hombre (teoría creacionista).
  • Los dinosaurios jamás existieron, sino Noé los habría salvado en su arca (teoría creacionista).
Aunque no todo son suposiciones, los científicos han logrado hallar algunos datos que sí son verdaderamente creíbles, no como la teoría de la guerra de las galaxias. Para empezar, se sabe que ningún animal que pesara más de 50kg sobrevivió a la extinción (en cuyo caso yo me salvaría), y esto quiere decir que seguramente hubo una destrucción mundial de algún eslabón de la cadena alimentaria por parte de algún hecho desconocido, y es evidente que los primeros animales en notarlo fueron los dinosaurios, que eran los más grandes y pesados. También sabemos que todos los animales no se extinguieron a la vez, y como prueba de esto están los plesiosaurios, que desaparecieron a finales del jurásico, unos 80 millones de años antes que los dinosaurios. Hay millones de años de diferencia entre la extinción de distintos dinosaurios que vivieron este acontecimiento. Con esto último pretendo decir que ¿por qué unos se extinguieron rápidamente y otros aguantaron en la Tierra la friolera de varios millones de años? Esto se puede responder con la teoría de que hubo más de un motivo, que distintas causas se fueron sumando hasta acabar creando un planeta inhabitable para animales de más de 50kg de peso.
Si bien ya hemos visto las teorías más absurdas de la extinción, va siendo hora de que pasemos a las probadas científicamente y de más éxito entre la gente de a pie. Sabemos que a finales del cretácico hubo una serie de importantes cambios en la Tierra bastante fuertes, como la separación de los continentes y la aparición de distinta vegetación, que en conjunto dio lugar a un fuerte descenso del clima, y ya estamos hablando de palabras mayores. Aún así, es difícil imaginar que estos cambios acabaron con especies que llevaban en la Tierra 150 millones de años, por lo que debieron suceder junto con los cambios terrestres, dos catástrofes que aniquilaron definitivamente a los dinosaurios.
La primera catástrofe es la conocida por todos, la que siempre sale en los documentales y en los libros, la del meteorito. Esta catástrofe esta científicamente probada ya que se ha hallado el cráter de este famoso meteorito en la península de Yucatán (México), y este tiene varios kilómetros de diámetro. Además, el el límite K-T (Cretácico-Terciario) de los sedimentos de rocas de Italia o Dinamarca se ha hallado una concentración de iridio mucho mayor de lo normal, lo que implica que un meteorito debió hacer su aparición por allí aunque fuese en forma de nubes de ceniza. Al chocar un meteorito de esta magnitud sobre la Tierra, produciría una nube de polvo y ceniza que podría llegar a cubrir todo el planeta, ocultando la luz solar y matando así a cualquier ser vivo. Por otra parte, el reciente descubrimiento de un nuevo cráter en la costa india nos sugiere que tal vez fue un cometa 50 veces mayor que el de Yucatán el que anquiló a los dinosaurios y provocó los altos niveles de iridio.

La otra catástrofe encaja perfectamente con la primera, ya que se cree que sucedió aproximadamente al mismo tiempo, solo que esta duró varios millones de años. Cuando los continentes se estaban separando, la placa tectónica de la India se encontraba al Sur del planeta, y una serie de corrientes la llevó hasta Asia, donde se “estrelló” con el continente, y durante este potente choque surgieron numerosísimas cadenas de volcanes en el centro y el Sur de la India, que al igual que el meteorito expulsarían miles de millones de toneladas de ceniza y de polvo que se dirigirían a la atmósfera. Esta catástrofe no fue el simple impacto de un meteorito, ya que los volcanes estuvieron escupiendo gases y lava durante millones de años, y más tarde formaron lo que hoy día es el Himalaya.
Estas dos catástrofes sucedieron conjuntamente en dos puntos opuestos del planeta causando prácticamente el mismo efecto, lo que quiere decir que no haría falta que una de ellas destruyera el planeta entero, con que llegara a la mitad, ya era suficiente.
Aún con todas estas adversidades, hubo algunos animales que sobrevivieron, como lo mamíferos o los pequeños terópodos, que aunque no lo veamos como el Velociraptor o el Sinornithosaurus, han evolucionado en las aves, así que tengan cuidado la próxima vez que vayan a darle de comer a los patos, no le vayan a echar una mordida venenosa. XD

martes, 2 de febrero de 2010

Scelidosaurus

El Scelidosaurus fue un herbívoro del período Jurásico inicial que podría ser el antecesor de grandes dinosaurios del Cretácico como el Stegosaurus o el Ankylosaurus, y en resumen de tanto anquilosaurios como estegosaurios (choca, eh). Lo que sí tenemos claro es que era un tireóforo primitivo que tenía rasgos muy basales. Medía hasta 4m de largo por uno de alto, pesaba 250kg y sus restos se han descubierto únicamente en el sur de Inglaterra, donde se han hallado dos esqueletos y dos cráneos en un estado bastante bueno. Este herbívoro no era muy grande comparado con sus sucesores, pero gracias a él los científicos se han hecho con una información muy útil para comprender de donde viene el grupo de los tireóforos.
El Scelidosaurus, al igual que sus sucesores, tenía su cuerpo cubierto de placas óseas para defenderse de los ataques de grandes depredadores de su tiempo como el Magnosaurus. Esta característica evidentemente hacia que este animal fuese de movimientos lentos y hasta torpes, y encima, además de las placas, su piel estaba formada por escamas óseas hexagonales, lo que lo dejaba más blindado y con más peso.
A pesar de que el Scelidosaurus se moviera lentamente, al menos podría andar a dos patas, capacidad de la que no gozarían ninguno de sus sucesores (bueno, tal vez algún estegosaurio sí), y que le era posible gracias a lo fuertes que tenía las extremidades traseras, mucho más largas que las delanteras. Al ponerse a dos patas, este tireóforo primitivo se podría haber alimentado de vegetación a un par de metros de altura. Tenía un cráneo pequeño, que estaba dotado de dientes en forma de hoja, característica muy común entre los herbívoros.