Generalmente, cuando se descubre una especie tan grande como cualquier tipo de saurópodo, tan sólo se hallan uno o dos esqueletos, en cambio, el Camarasaurus es una especie de la que se han hallado numerosos cráneos y esqueletos en perfecto estado, lo que además de ayudarnos a conocer a fondo su anatomía, nos indica que debió de ser uno de los dinosaurios más habituales y abundantes de su época. Se han encontrado esqueletos de Camarasaurus de todas las edades, ya sean crías o adultos.
Hasta hace poco, se creía que los saurópodos usaban sus dientes solo para arrancar la comida, que luego se iba digiriendo en sus largos intestinos, pero la investigación de la mandíbula de un Camarasaurus cambió esta visión, ya que este animal disponía de unos dientes muy cortantes y que se encajaban entre sí mientras la mandíbula se deslizaba hacia delante o hacia atrás para triturar la comida, lo que quiere decir que la comida ya llegaba al intestino masticada. Más tarde se descubrirían otros saurópodos con cráneos similares que se incluirían en el grupo de los camarasáuridos, caracterizados por su cráneo.
En cuanto al cuello del Camarasaurus, también tenía sus peculiaridades. No era muy largo para lo que suele ser el cuello de un saurópodo, pero tenía la gran característica de que lo podía girar hacia arriba o hacia abajo (a usted esto le parecerá poca cosa, pero estos cuello, al ser tan largos, no eran muy fáciles de girar y a menudo acarreaban problemas, como en el caso del Brachiosaurus) con gran variedad de movimientos. En cambio, no le era posible girar su cuello hacia los lados, debido a que tenía unas costillas que se iban superponiendo por los laterales del cuello del Camarasaurus.
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