España goza sin duda de una gran riqueza Mesozoica, especialmente en dinosaurios y aves, por lo que también trataré algunos “pajaritos” como el famoso (dentro de lo que cabe) Iberomesornis.
Desgraciadamente la paleofauna española es casi nula hasta el Titoniano (Jurásico superior), así que empezaré por ahí. Estamos en el Jurásico superior, hace unos 145 millones de años. En esta edad los dinosaurios que poblaban España era los saurópodos turiasaurios, unos gigantescos saurópodos que figuran como los más grandes de Europa y de los mayores del mundo. El turiasaurio por excelencia es, por supuesto, el Turiasaurus, uno de los saurópodos más grandes del mundo.
El tamaño de Turiasaurus se estima en 35-37m de longitud y hasta 50 toneladas de peso. Sin duda el Turiasaurus era el saurópodo más grande de Europa, pero en España estaba acompañado de otros dos. Uno de ellos era el Galveosaurus, un gran saurópodo de 16m de longitud, pero no tan grande comparado con el Losillasaurus, que tenía una longitud similar a la del clásico Diplodocus americano (27m).
Ya a principios del Cretácico se empezaban a asentar las primeras aves en España, prueba de ello es el Noguerornis, un ave que también aguantó sus 20 millones de años hasta su extinción tras el Barremiano.
Y ahora, ya que el Valanginiano y el Haunteriviano son períodos de escasos dinosaurios españoles, pasamos directamente al Barremiano, la Edad de Oro de los dinosaurios en España. Estamos en lo que hoy es la costa Cantábrica, hace 126 millones de años. Estamos en el período de apogeo de las aves españolas, que además de Noguerornis, cuentan con especies más evolucionadas como el famoso Iberomesornis y los menos conocidos Eoalulavis y Concornis, todos ellos de muy pequeño tamaño. El vuelo de estas pequeñas aves debió de consistir en un revoloteo “acrobático” que no les permitiría llegar muy alto.
En cuanto a saurópodos, España decayó un poco, pero todavía nos podíamos defender pues continuábamos con nuestro Losillasaurus (27m), acompañado del Aragosaurus, un camarasáurido típico de 18m de longitud.
Impresionante representación de Las Hoyas en el Barremiano español, obra del paleoilustrador mexicano Karkemish. En la imagen se pueden apreciar un Pelecanimimus en primer plano, un grupo de Iguanodones al fondo y un Iberomesornis sobre el agua.
Ya en España teníamos hasta ornitomimosaurios, o dinosaurios avestruz, como el Pelecanimimus, un pequeño dinosaurio de 2m de longitud, con una espectacular velocidad y una dudosa dieta, que se suele representar con omnívora o directamente carnívora (aunque el pobre animalito no tenía dientes).
Y al fin, al fin tenemos en España un terópodo en plan masivo, que es ni más ni menos que el Megalosaurus, ese pedazo de bicho de hasta 9m de longitud, cuyo potente cráneo ayudado de unos “decentes” brazos lo convertiría en toda una máquina de matar capaz de incluir en su menú a todos los herbívoros nombrados anteriormente excepto Losillasaurus y seguramente Aragosaurus.
Fin de esta primera parte de los dinosaurios españoles. En la segunda ya llegaremos hasta el Maastrichtiano (final del Mesozoico), y daremos por finalizados los dinosaurios de este país.
3 comentarios:
Estupenda idea Enri, conocer lo que tenemos en casa que no es poco. A este respecto postearé un par de artículos sobre dinosauios españoles en Dinófilos. Ya te avisaré.
Vaya, pues no sabía que teníamos unos bicharracos tan grandes. :O
Pues ya ves, aunque no seamos una potencia como China o Argentina, tenemos para defendernos jeje.
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