Ya aquí ha disminuido la fauna, pero la calidad de nuestros dinosaurios sigue siendo excepcional, pues aún contamos con Iguanodon y Mantellisaurus (ese ornitópodo de 7m), y con el gran Megalosaurus (9m) como cazador masivo. Otro gran cazador esta vez era el Baryonyx, pero éste era piscívoro, aunque tal vez cazara dinosaurios de vez en cuando o se dedicara al carroñeo. El tamaño de este espinosáurido le habría permitido llevar a cabo todas estad actividades, pues el bicho medía 9m.
Ahora me veo obligado a saltar algunas edades y pasar directamente al Campaniano, hace unos 75 millones de años. Tras 40 millones de años con escasez de fósiles, el Campaniano en España nos brinda una especie de resurrección de los dinosaurios españoles, que volvieron con formas totalmente nuevas, eso sí, todas herbívoras.
Comenzamos con la llegada de un titanosaurio clásico, el Titanosaurus (de 12m), cuyo compañero de grupo era el mucho mayor Lirainosaurus (de 25m). Telmatosaurus era el representante de los ornitópodos, y con sus cinco metros de longitud, era bastante pequeño para ser un hadrosaurio. Otro ornitópodo menos común era el iguanodóntido Rhabdodon, también de pequeño porte (4-5m).
En el Maastrichtiano los dinosaurios españoles alcanzarían su “segundo cenit”, en el que persistían todos los dinosaurios del Campaniano, a excepción del Rhabdodon, pero también había una gran variedad de dinosaurios nuevos, empezando por el recién descubierto Arenysaurus ardevoli, un ornitópodo lambeosaurino muy pequeño (5m) para lo que solí ser su grupo. Pararhabdodon era otro hadrosaurio un poco más grande (6m), y Koutalisaurus era un miembro más de esta misma familia.
Ahora, para cerrar esta sección de dinosaurios españoles, les expongo al Hypselosaurus, un saurópodo titanosaurio de unos 10m de longitud, que tenía una característica muy especial. A pesar de la existencia de saurópodos mucho más grandes a lo largo del Mesozoico, el Hypselosaurus era uno de los que ponía los huevos más grandes de todos, ya que estos medían unos 30cm de diámetro.
Comenzamos con la llegada de un titanosaurio clásico, el Titanosaurus (de 12m), cuyo compañero de grupo era el mucho mayor Lirainosaurus (de 25m). Telmatosaurus era el representante de los ornitópodos, y con sus cinco metros de longitud, era bastante pequeño para ser un hadrosaurio. Otro ornitópodo menos común era el iguanodóntido Rhabdodon, también de pequeño porte (4-5m).
En el Maastrichtiano los dinosaurios españoles alcanzarían su “segundo cenit”, en el que persistían todos los dinosaurios del Campaniano, a excepción del Rhabdodon, pero también había una gran variedad de dinosaurios nuevos, empezando por el recién descubierto Arenysaurus ardevoli, un ornitópodo lambeosaurino muy pequeño (5m) para lo que solí ser su grupo. Pararhabdodon era otro hadrosaurio un poco más grande (6m), y Koutalisaurus era un miembro más de esta misma familia.
Ahora, para cerrar esta sección de dinosaurios españoles, les expongo al Hypselosaurus, un saurópodo titanosaurio de unos 10m de longitud, que tenía una característica muy especial. A pesar de la existencia de saurópodos mucho más grandes a lo largo del Mesozoico, el Hypselosaurus era uno de los que ponía los huevos más grandes de todos, ya que estos medían unos 30cm de diámetro.
Desde el Jurásico hasta el final del Cretácico, España posee una paleofauna envidiable, como oí decir una vez a un argentino, aunque claro, más envidiable es la paleofauna argentina. También es verdad que España posee un espectacular registro de huellas de dinosaurios, fundamentales para calcular la velocidad de éstos, pero tranquilos, que dentro de nada empezaré a hablarles de huellas.
2 comentarios:
¡¡Hola Enri!! Magnificas tus aportaciones sobre nuestros dinosaurios 'nacionales'. Va por tí la última entrada de Dinófilos. ¡¡Saludos!!
Gracias Dinoman, ya la ví y en cuanto tenga un momento me bajaré los trabajos.
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