miércoles, 4 de noviembre de 2009

Euoplocephalus

El Euoplocephalus (cabeza bien acorazada) fue un gran anquilosáurido que fue hallado a principios del siglo actual. Medía hasta 6m de longitud por 2m de altura, pesaba dos toneladas y media y vivió durante el período Cretácico. Este gigantesco anquilosáurido, dentro de su grupo, era superado en tamaño sólo por el Ankylosaurus y el Tarchia. Sus restos han sido hallados en Alberta (Canadá), por lo que este dinosaurio tendría dignos rivales como el depredador Albertosaurus con los que probar su armadura.
Para empezar, desde su lomo hasta el extremo de su cola, este dinosaurio disponía de las clásicas placas óseas en forma oval, con las que se protegía la parte más vulnerable del cuerpo, aunque las placas del Euoplocephalus no solo eran formaciones óseas, ya que sobre ellas había grandes espinas, protuberancias y púas óseas sobre las que es mejor que no te caigas… Para cubrirse los flancos, tenía las patas delanteras cubiertas por el lateral por la misma armadura ósea que tenía en el lomo y en la cola, y al final de esta última tenía su gran arma defensiva y ofensiva, su gran maza ósea, formada por dos fragmentos de hueso unidos entre sí. Para colmo, su cola era tan musculosa que podía balancear su maza de un lado a otro, y golpear a un depredador en una pata con su maza podía matar al carnívoro sólo del golpe y la consecuente caída.
Tal y como dice su nombre, su cabeza no se quedaba atrás en el tema de la armadura. Su cráneo tenía forma triangular, y no sólo tenía blindada con placas óseas la parte superior de la cabeza, sino que además disponía de párpados óseos, lo que quiere decir que cuando este animal cerraba los ojos, estos se quedaban resguardados por otra placa ósea que actuaba como una persiana. Gracias a sus cortas pero musculosas patas, este tireóforo también era capaz de moverse con cierta soltura, a pesar de llevar tanto blindaje encima y de tener los huesos del interior de su cuerpo tan compactados entre sí, lo que quiere decir que a la hora de defenderse ante un depredador, no tardaría mucho en coger una buena posición defensiva para un posterior mazazo en la pata del desafortunado cazador. Al contrario que el resto de su cuerpo, sus dientes eran bastante frágiles, así que tan sólo podía tomar los brotes más blandos.


Se tiene mucha información de este género gracias a la gran cantidad de ejemplares encontrados, entre los que se incluyen bastantes cráneos, por lo que este dinosaurio también debió de ser muy común. La única oportunidad de un depredador de derribar a este tanque con patas sería volcarlo como a una tortuga para ponerlo boca arriba, pero sería una difícil tarea debido a su maza, su peso, y su velocidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

eres el numero 1

Anónimo dijo...

esta pagina es la megor pero mejorela

Enrique dijo...

Gracias visitante anónimo!

Anónimo dijo...

por nada enrique