Segunda parte de los dinosaurios argentinos, en la que conoceremos algunos de los dinosaurios más grandes y más curiosos.
Debido a la escasez de géneros argentinos en el Jurásico superior, pasaremos directamente al Cretácico. Por si se queda con las ganas de como fue el Jurásico superior, fue un período con un hábitat boscoso y numerosos saurópodos predominaban entre los dinosaurios.
Estamos en el Cretácico inferior, en el Barremiano, y un gran grupo de saurópodos comienza a diversificarse, son los titanosaurios como el Amargatitanis, que llegarían a albergar a los dinosaurios más grandes que existieron, aunque seguía habiendo diplodócidos, como el impresionante Amargasaurus, un saurópodo de 10m de largo que posiblemente disponía de dos velas paralelas sobre el lomo, lo cual le daría un aspecto realente alentador.
Amargasaurus, del Cretácico inferior.
Una vez más, el paisaje está dominado por los saurópodos, con titanosaurios como Ligabuesaurus o Agustinia, ambos de 16m de longitud, y diplodócidos como Zapalasaurus, un gigantesco saurópodo de 25m de longitud. Agustinia era sin duda un magnífico saurópodo, ya que además de su tamaño disponía de dos hileras paralelas de espinas que crecían hacia arriba y hacia fuera, que llegaban desde el lomo hasta el final de la cola. El gran depredador de la zona, el Tyrannotitan, era un enorme terópodo de 12m de longitud y 5 toneladas de peso,que seguramente sería capaz de abatir con facilidad a un Ligabuesaurus o incluso a un Zapalasaurus joven.
Agustinia se defiende de Tyrannotitan en el Cretácico inferior. Esta imagen fue realizada por Karkemish, paleoilustrador mexicano.
Continuemos, ahora pasamos al Albiano, hace 112 millones de años, donde una vez más nos encontramos con una enorme variedad de saurópodos, pasando por titanosaurios como Ligabuesaurus (de 16m) o Chubutisaurus (de 23m), diplodócidos como Rayososaurus (de 6m) y brachiosáuridos como Limaysaurus (de 18m). Esta amplia variedad de saurópodos era cazada especialemente por el Genyodectes, un terópodo ceratosaurio de 9m de longitud, capaz de derribar con facilidad a un Rayososaurus y abatir con dificultad a un Ligabuesaurus o un Limaysaurus. El Chubutisaurus era prácticamente incazable, ya que además de su tamaño disponía de una gran armadura de plas óseas a lo largo de todo el lomo y parte de la cola.
¡Qué mejor forma de terminar el post que adentrándonos de lleno en el Cenomaniano argentino!, uno de los períodos más impresionantes de todo el Mesozoico. Para empezar, podemos encontrar al Anabisetia, un iguanodóntido de 2m de longitud, la misma que Unenlagia, que era un dromeosáurido muy cercano a las aves, y que seguramente caza a estos iguanodóntidos. Eso sí, otra posible presa del Unenlagia era el Notohypsilophodon, un pequeño ornitópodo de tan sólo metro y medio de largo, de rápidos reflejos pero sin defensa alguna.
Skorpiovenator podría cazar a cualquier de los dinosauiros anteriores siempre y cuando los alcanzara, ya que este era un abelisáurido de 6m de longitud, y no era el único. Otros abelisáuridos de la zona eran el Ekrixinatosaurus (de 7m) y el Ilokelesia, un abelisáurido con un cráneo curioso en el aspecto anatómico. Es posible que el Ekrixinatosaurus fuese capaz de cazar en grupos (suponiendo que lo hiciera) al Andesaurus, un titanosaurio de 15m de longitud. Otro saurópodo de la zona era el Cathartesaura, un diplodócido de 17m de longitud.
Pero los dos grandes saurópodos del ecosistema eran el Chubutisaurus y, por supuesto, el Argentinosaurus, el titán argentino de casi 40m de longitud y cerca de 70 toneladas de peso, que seguramente sea el más pesado de todos los dinosaurios. Pero el Cenomaniano argentino no acaba aquí, ya que tenemos dos dinosaurios más, dos dinosaurios capaces de cazar y matar a cualquiera de los dinosaurios anteriores, incluso capaces de abatir a el gran Argentinosaurus, les habló de posiblemente los dos depredadores más robustos de todos los tiempos, el Mapusaurus y el Giganotosaurus, dos depredadores de casi 14m de longitud y de hasta 8 toneladas de peso. Estos carcarodontosáuridos, cazando en grupo, eran capaces de derribar a los Chubutisaurus con facilidad, y a los Argentinosaurus jovenes también. Los restos de un Argentinosaurus confirman que al menos los Gigantosaurus eran capaces de cazar a este enorme titán.
Un Giganotosaurus ataca a un Argentinosaurus joven en el Cretácico superior.
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